San José del Guaviare enfrenta una creciente preocupación por el carneo y el abigeato, prácticas ilegales que no solo afectan a los ganaderos sino que representan una amenaza para la salud pública y el medio ambiente.
El sacrificio clandestino de reses en potreros rurales y la comercialización de carne sin los controles adecuados han generado alarma entre las autoridades sanitarias. Según Andrés Martínez, presidente de la planta de sacrificio Carnes del Guaviare, en municipios como El Retorno y Calamar, donde no hay plantas de beneficio con regulaciones estrictas, los expendios sacrifican animales de forma artesanal, aumentando los riesgos biológicos y ambientales.
Los residuos, como cueros y huesos, terminan en fuentes hídricas cercanas a zonas pobladas, afectando el ecosistema. Además, el consumo de carne procesada sin controles sanitarios puede provocar enfermedades graves, como infecciones por Helicobacter o presencia de bacterias que comprometen la salud cerebral.
El abigeato, por su parte, contribuye al comercio ilegal de productos cárnicos de dudosa procedencia. Sin plantas de beneficio autorizadas, los compradores adquieren carne sin garantías sanitarias, elevando el riesgo de consumo de productos contaminados.
Martínez enfatizó la necesidad de que las autoridades municipales implementen políticas públicas que regulen el sacrificio y comercialización de carne para proteger la salud de la población y el medio ambiente. La planta Carnes del Guaviare, ubicada en San José del Guaviare, opera bajo normativas estrictas, asegurando productos inocuos y seguros para el consumo.