El comercio de pescado en Corabastos Bogotá y San José del Guaviare ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas semanas, consolidando una tendencia positiva para el sector pesquero. Este aumento en las ventas ha sido impulsado por una mayor disponibilidad de mercancía, la estabilidad en los precios de algunas especies y la confianza de los consumidores. La Semana Santa representa un periodo clave para los comerciantes, quienes se prepararon con antelación para cumplir la necesidades de la temporada.
Uno de los comerciantes más experimentados, Enrique Galvis, con más de 27 años en el negocio en Bogotá, menciona que el Viernes Santo mantuvo cifras similares a las de años anteriores, aunque con mayor cantidad de mercancía, lo cual evitó el desabastecimiento. La disponibilidad de productos como mojarra, bagre y cachama permitió que los compradores adquirieran pescado con anticipación, garantizando variedad y precios competitivos. La dinámica comercial inicia una semana antes de Semana Santa, asegurando que los negocios tengan suficientes existencias para la alta demanda.
En San José del Guaviare, Tatiana Castañeda, con 9 años de experiencia, destacó que el precio del pescado de río, especialmente el bagre dorado y amarillo, se incrementó debido al alza en los costos del combustible. Sin embargo, especies como la cachama y la mojarra mantuvieron un precio estable. La venta más fuerte se registró el Viernes Santo, con 150 arrobas de cachama y 130 arrobas de mojarra, agotándose ambas especies al mediodía.
El mercado en Bogotá también reflejó una alta demanda, con 450 canastillas de cachama comercializadas en pocos días. El precio de la arroba de pescado aumentó de $180.000 a más de $240.000, debido al incremento en los costos de transporte y logística. Los compradores comprendieron la variación de precios y ajustaron sus compras para sus respectivos negocios, asegurando rentabilidad y abastecimiento adecuado.
Este crecimiento en la venta de pescado no solo fortalece el comercio local, sino que también impulsa la economía regional, beneficiando a comerciantes y consumidores. La estabilidad en el abastecimiento y la confianza en el mercado pesquero refuerzan la importancia de estos puntos comerciales, consolidando su papel fundamental en la distribución de pescado durante la temporada de Semana Santa.