La segunda fase del proyecto de enrocado en la margen derecha del río Guaviare avanza en procesos de localización, replanteo y acercamiento con las comunidades cercanas. Este proyecto busca mitigar riesgos y mejorar las condiciones del área sin afectar significativamente a los pescadores que dependen de la zona.
El ingeniero Edward Acosta, director de la obra, explicó que las diferencias en los costos entre la primera y segunda fases responden a las características topográficas de las áreas intervenidas. Esto ha generado dudas en la comunidad, que serán abordadas en una reunión programada para este sábado en la Institución Educativa 20 de Julio.
La reunión busca aclarar inquietudes, recoger sugerencias y mantener un diálogo constructivo con los habitantes. Según Acosta, la intención es llevar a cabo el proyecto en armonía con la comunidad, priorizando el bienestar colectivo y minimizando el impacto en las actividades locales.
El enrocado, considerado una obra de importancia estratégica para la región, busca garantizar la seguridad de las comunidades cercanas al río. Además, los responsables del proyecto se comprometen a garantizar una ejecución eficiente y sostenible.