Así lo aseguró Sandra Pérez, Integrante de la Organización Confluencia de Mujeres para la Acción Pública, quien se refirió a la labor que desde 2018 en esta zona del país cumple la fundación. Hizo un pronunciamiento a las denuncias que las mujeres indígenas y no indígenas víctimas de violaciones y otras agresiones han hecho contra funcionarios, militares y otros actores en el Guaviare.
La mujer lamentablemente vive en un estado de exclusión dentro de esta sociedad machista. Hace un llamado para la institucionalidad a establecer diálogos entre esta población, buscando así otorgarles los mecanismos para gozar de vida digna.
Pérez lamentó que frente a este tema que involucra especialmente a las mujeres Nukak, la institucionalidad ha sido ajena a estas situaciones en que las mayores perjudicadas son las niñas, niños, adolescentes y jóvenes de esta comunidad.
Sobre la situación enmarcada en la violencia con menores Nukak que se presenta en la Calle 40, indicó que algunas de las niñas han sido violentadas antes de haber llegado allí, ya que en los asentamientos en áreas rurales también se presentan estos casos, pero afirma que son acciones que no han sido de manera voluntaria y esto sucede en la mayoría de los casos. Algunas otras vulneraciones se realizan con complicidad de los mismos familiares, pero dice que no son la mayoría de los casos.
Trabajo mancomunado entre autoridades y poblaciones indígenas para evaluar lo positivo y lo negativo de las acciones que se han adelantado y qué se puede hacer por estas comunidades con un enfoque diferencial a través de educación y apropiación de sus costumbres ancestrales, se deben emprender inmediatamente, aseguró Sandra Pérez.